¿Por qué la literatura 

Infantil y Juvenil es importante?

Por Josué Gutiérrez Castillo.

Para responder esa pregunta tengo que contar una pequeña anécdota: cuando iba en la escuela secundaria, nuestra maestra de español tenía la intención de que el grupo leyera más, en mi caso no era difícil ya que siempre me ha gustado leer, pero encontré una dificultad, ya que el libro escogido para ese año era «El Quijote de la Mancha», y aunque era una versión juvenil, encontré la prosa de Cervantes pesada, y como otra complicación, en nuestra primera clase la maestra dejó muy clara su postura: Para ella, literatura como «Harry Potter» no era una buena opción para trabajar, dada su naturaleza fantasiosa, es decir: hechizos, dragones, escobas voladoras, etc. Y por ende, no podía dejar nada bueno debido a que esas cosas no pasaban en la vida real. 


Desde el principio estuve en desacuerdo con esta perspectiva, ya que si bien es cierto que la historia del niño que vivió está llena de magia, la obra de J.K. Rowling también tiene lecciones como el valor de la amistad, la importancia del trabajo en equipo, y cómo podemos encontrar la luz incluso en nuestros momentos más oscuros, la magia y los seres fantásticos están ahí para hacer la historia más atractiva y emocionante para los lectores, y no quita de todo lo bueno que podemos sacar de ella.

Y claro, que esto no es una crítica a mi antigua maestra, era una excelente docente que siempre se esforzaba por hacer sus clases interesantes, dispuesta a escuchar a quien lo necesitara, y aprecio su esfuerzo por hacer que los jóvenes leyéramos a los clásicos.

Pero consideró que su método era erróneo, y esto no es culpa suya ya que en general, cuando se habla de poner a los jóvenes a leer, se busca que vayan con los clásicos como Shakespeare o Juan Rulfo, lo que inevitablemente los aleja porque hace a la lectura verse como una obligación y no algo que disfruten, y como mencionaba anteriormente, la prosa de estos autores puede sentirse pesada, sobre todo si con ella están empezando a leer. Con esto no digo que los chicos no deberían leer a los clásicos. Por supuesto que no, pero considero que empezar con ellos es un error, ya que antes de correr, uno debe aprender a caminar, y previo a eso a gatear, y con la lectura es lo mismo.

Y es aquí donde respondo a la pregunta que hice al inicio: la literatura infantil y juvenil es importante, porque sí queremos que los jóvenes lean, deberíamos darles historias que ellos quieran leer. 

Este género da la ventaja de que se puede hablar de temas que no solo le interesen a los jóvenes, pero que también resuenen con ellos, como es el romance, la aceptación social, o la dificultad para hablar con los padres en esta época de la vida que sabemos que es complicada, así que las narrativas les ofrecen personajes y situaciones con las que identificarse. Y del mismo modo, como autor, al ser una etapa donde se definen muchos de los aspectos que acompañarán a uno por el resto de la vida, hace que sea muy interesante explorarla, tener personajes que atraviesen un viaje que los convertirá en quienes deben ser, las relaciones que uno forja, etc. Y como se dijo al inicio, se le pueden agregar elementos fantasiosos que sirvan para hacer la narrativa más emocionante, como el caso ya mencionado de Potter, o la trilogía de «Los Juegos del Hambre», otro ejemplo popular. 

Por estas mismas razones es que me convertí en escritor, y muchos de esos elementos quería implementarlos en mi primera novela, «Cazadores de Monstruos: El Llamado de la Muerte», una historia de jóvenes atravesando su adolescencia, que también tuviera acción, terror, para poder entretener a quien la leyera. 

Del mismo modo, no solo es importante para los jóvenes, sino que también es una buena oportunidad para que los más grandes cuenten con un punto de vista más parecido al de los jóvenes. Un ejemplo es el cuento «Manual Para Protegerse de los Monstruos Debajo de la Cama» de Emmanuel Espíndola Mera, publicado en «Terror Antología Infantil» de Editorial Lebrí, casa orgullosamente mexicana, en el texto que, como su nombre lo dice, son instrucciones que van desde cómo hacer que actividades cotidianas, dígase ordenar el cuarto sean divertidas, a temas que son un poco más delicados: la muerte, pero el escrito lo maneja de una forma que la hace ver no como algo malo, sino algo natural que es solo otra parte de la vida, y que más que una despedida, es un regreso a nuestro verdadero hogar. Esto también muestra que estas narrativas pueden hablarle de cosas importantes a los pequeños, no solo porque sean niños debemos tratarlos como tontos, y tampoco las historias destinadas a ellos deben serlo, la antología de Lebrí es un gran ejemplo de ello.  

Del mismo modo, está literatura también está siendo muy demandada, he tenido la oportunidad de presentar la compilación antes mencionada en escuelas, al lado de una compañera escritora, presentando su libro infantil,  y la reacción es más que positiva, los niños nos rodean, emocionados de ver relatos que son para ellos, que los haga divertiste, que les permita experimentar el terror, un género muy popular, desde una distancia segura, tanto por cómo se maneja la narrativa, con poca violencia y si llega a verla,  se maneja de una forma sutil nunca explicita; y que tienen un lenguaje sencillo que los niños pueden entender, como mencionaba al inicio, y que agradezco mucho a un buen amigo mío, también escritor, por señalar constantemente la importancia de usar palabras sencillas para no perder su atención, él es autor infantil así que sabe de lo que habla.

Para finalizar, espero haber expresado porque las narrativas juveniles son importantes, tanto para grandes como pequeños, y si bien es cierto que no todas las obras de este género son buenas, tampoco debemos subestimarlas, hay buenos ejemplos de lo que pueden ofrecernos, y del mismo modo, si se leen trabajos con, quizás no los mejores mensajes, pero que pueden abrir diálogos entre jóvenes y adultos, es una buena opción ya que no solo los hará más cercanos, sino que ayudará a tomar lo bueno, y preguntarse que se podría mejorar. 

Es un ganar, ganar. 







Comentarios

  1. En total acuerdo con las ideas de lectura para iniciar a formar lectores apasionados.
    El lector debe elegir los tópicos de lectura que le sean de su agrado, leer algo que no es del gusto del lector, en lo único que termina es abandonar el libro u odiar la lectura; en mi infancia crecí leyendo historietas que se ofrecían en los puestos de periódicos, tales historias, como “Memin Pingüin” “Mafalda” “Kalinan” ente otros, posteriormente me inicié a leer narrativas mas extensas y hasta el día de hoy, me encantan las historias de fantasía, ficción, y los clásicos que mencionas!
    Indudablemente, dejar que los niños elijan su gusto por leer, formará lectores con pasión y amor por lo que leen.
    Recibe un abrazo mi estimado Josué.

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